“El conocimiento de uno mismo es el primer paso para toda sabiduría”. – Aristóteles
Jean-Paul Sartre dijo: “Aquello que cada uno de nosotros
es, en cada momento de su vida, es la suma de sus elecciones previas. El hombre
es lo que decide ser.”, de cierto modo vamos
siendo el resultado en el aquí y ahora de todas nuestras decisiones, de como vamos
aprendiendo y creciendo desde una posición de un “ir mejorando” donde
la genuinidad personal se precia y se ve reflejada al área profesional, una vez
escuché: “que una mala persona jamás podrá llegar a ser un buen profesional” y esto me recuerda que tiene que ver con lo que la Gestalt fomenta: la congruencia.
La autoexploración es una de las grandes herramientas para
ser leal a esta congruencia del vivirse nutricio en la totalidad del Ser humano desde lo personal hasta lo
profesional. Un tema interesante que sirviese para dedicarle una entrada completa es el de los valores, en su axiología me parece importante que todo profesional desarrolle o busque desarrollar para una mayor congruencia, son cualidades, y "los valores son sentidos" dijo Max Scheler; la función de la
autoexploración partiendo de sus bases: Humildad, congruencia, gratitud,
esperanza (Ocampo, 2017) proporciona en sí esa genuinidad que me gusta mucho mencionar
y que veo reflejada en la postura Gestáltica.
Me es importante señalar la necesidad del seguimiento en
el conocimiento de sí del
psicoterapeuta y para éste la congruencia no va dirigida solamente a lo
que me excede, sino también hacía adentro, hacia mí mismo. Y este punto es interesante como lo
menciona Pilar Ocampo (2017) “un psicoterapeuta que transmita esperanza, no
expectativas infundadas, es profundamente sanador”, y el sentido que menciono
del “conocimiento de sí” es el
propuesto en Hermenéutica del sujeto de Michel Foucault (1982): "El
sujeto debe, para acceder a la verdad, transformarse a sí mismo en algo
distinto [...] no puede existir la verdad sin una conversión o sin una
transformación del sujeto [...] el acceso a la verdad produce un efecto de
retorno de la verdad sobre el sujeto."
Y es en este mismo hacer-se cómo el psicoterapeuta se va
transformando y reinventando, esto mismo es la afinación del instrumento
psicoterapéutico. Me parece que esta propuesta está lejos de ser una imposición, creo que es
necesario para seguir creciendo y no llegar a caer en un tipo de alienación
psicoterapéutica, donde tal parece que siempre sé es el mismo. Y de igual forma
lejos se está de proponer un modelo o cierto método como universal para ese
fortalecimiento de sí. Ya que jamás seremos un proceso terminado, somos un siendo
y en ese ser, hacemos cotidianamente (Ocampo, 2017).
La vista como un proyecto terminado sólo llevaría a generar
una importancia personal (ego) vista desde la cima hacía los demás y por ende
como un experto hasta en el propio consultante que por supuesto esta postura de
verticalidad va en contra de la misma postura Gestáltica. En ese sentido la
ampliación de conciencia que fomenta el psicoterapeuta también debe ser
aplicada para sí mismo.
Estoy bastante de acuerdo con lo que menciona Pilar Ocampo acerca
de la importancia del propio proceso de la persona del psicoterapeuta, debido a
la misma trascendencia del quehacer profesional ante el trabajo con los
pacientes. Si una persona se presenta ante el psicoterapeuta seguro es por
alguna razón, y por esta misma influencia que se puede llegar a tener con el
otro es importante recibirlo con la humildad y proporcionar esperanza en el
consultante.
Para mí es importante y lo recalco la atención en mí mismo tanto en mi actuar profesional como personal. Creo que el trabajar frente a otra persona mediante el dialogo relacional, entrando y conociendo su experiencia en el esplendor de su humanidad y existencia, es necesaria afinar la genuinidad propia. Y al menos no he descubierto otro afinar más que: relacionándome con los otros, con lo otro (trascendental), y por supuesto, conmigo mismo. Y hago hincapié en el “conmigo mismo” ya que el atreverme a indagar en lo más profundo y humano de mi persona es como he aprendido a vivenciarme en el aquí y ahora. A propósito, una frase de Jung dice: “Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana” ésta me parece expresar una de las máximas para el reconocimiento de la humildad en la práctica de la psicoterapia.
Reconocer la unicidad a través del contacto con el otro
habiendo trabajado la importancia del ego para así ser más congruente con la
filosofía gestáltica, lo importante es no olvidarnos de quien está dentro de la
piel que habitamos.
Es mediante la relación con el otro como me percato de mi
unicidad, es ante la concepción de preguntas ontológicas o cuestionarse la
autenticidad como podría “pararme sobre mis propios pies” como decimos en
Gestalt. Es indagar mediante mi cuerpo físico la espiritualidad latente en mí
para encontrar ese equilibrio, en este sentido la espiritualidad puede ser
entendida no sólo desde una concepción religiosa sino lo espiritual de lo que
nos hace seres humanos, una de estas características yace en la misma actitud
de libertad y responsabilidad. Es mediante
las sensaciones al contacto con lo otro, la forma de expresión primera del ser
humano, y donde se presenta la frontera para el mismo contacto, y es
imprescindible la selectividad en el contacto por salud mental y emocional. En
esta misma selectividad se encuentra la conciencia de autenticidad, para
generar relaciones nutricias mediante la libertad y la responsabilidad.
Referencias:
1. Foucault, Michel. (1982). Hermenéutica del sujeto.
Ediciones La Piqueta.
2. Ocampo, Pilar. (2017). Haz-siendo Gestalt: Esquemas para el
trabajo psicoterapéutico. Editorial Pax México.
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