"No hay que preguntarse si percibimos verdaderamente el mundo, por el contrario, hay que decir que el mundo es aquello que percibimos."
-Maurice Merleau-Ponty
Me es interesante siempre hablar sobre los elementos de la
fenomenología, incluso hacer esa reducción de relatar mi compresión de ello.
Podría iniciar con relatar de qué manera vivo cada una de las definiciones
dentro de ella. Y no está de menos, si el mismo Husserl era además de filósofo,
matemático, más de aquí parte mi interés y respeto por hablar de este tema que
está en la base de la actitud Gestáltica como psicoterapeutas. Es una reducción y acercamiento de la puesta realidad, en su sentido más natural, “La vuelta a las cosas mismas” diría Husserl.
Pero ¿qué son las cosas mismas en psicoterapia? Dejar que
la incertidumbre de los fenómenos se presente como tal, permitiendo la
expresión del encuentro presente. Me parece por lo poderosa de estas últimas
palabras que la actitud fenomenológica requiere de un gran entrenamiento y proceso personal para poner entre paréntesis nuestros juicios sobre el mundo y las cosas.
El permitir que la incertidumbre entre en contacto creo que
es un hermoso recordatorio de la humanidad en psicoterapia, y la horizontalidad
de la cual hablamos en Gestalt, cabe mencionar puntualmente que no es una
incertidumbre ateórica como se podría llegar a interpretar, casi como un
solipsismo psicoterapéutico.
La epojé me recuerda la postura primera filosófica de
occidente entre: Logos (racional) y physis (naturaleza, “lo que aparece”) de la
cual, sin pelearse con la primera, la epojé se presenta; creo que hasta cierto
punto es imposible poner todo juicio en suspensión, más bien el objetivo es
poner en suspensión cierto tipo de juicios y conocimientos. Un
consultante no llega a psicoterapia con el objetivo de encontrar lo que siempre
encuentra.
De la physis que hablábamos con anterioridad se nutre el
encuentro gestáltico. De una naturalidad en el encuentro para la ampliación de
consciencia. Ver la naturaleza como lo cambiante que somos. Frente a una
actitud donde al relacionarnos la mayor compresión que podemos tener es
mediante la descripción de mi experiencia referente a lo que estamos generando
en el campo.
Aquí es donde se vuelve a presentar la indiferencia
creativa ya que no podemos acceder a la experiencia del Otro sino mediante la
reducción fenomenológica apenas rozar lo que se presenta como tal.
Como principio para adentrarme al mundo de la epojé, me
parece importante la puesta en práctica de los elementos primeros de este
método, que es justamente la suspensión primeramente de los juicios que
generalmente hacemos: los interpretativos. Me recuerda una frase que alguna vez leí: “Muchos
de nosotros no escuchamos con la intención de entender, escuchamos con la
intención de responder”. Dar respuesta a todo, al menos en nuestro mundo
occidental y cientificista nos ha condicionado a hacerlo. Y como
dice el dicho popular: “Lo que bien se aprende nunca se olvida”, como objetivo
fenomenológico me parece necesario hacer consciente este tipo de
condicionante, como siempre, propongo hacerle frente a la tradición y a “lo
normal”, que puede ser aplicado dentro de la perspectiva psicoterapéutica.
Aquí se presenta el tema de la neutralidad como parte de
una epojé psicoterapéutica. Una téchne a desarrollar para el cuidado de sí para
poder estar en la relación presente. Y es precisamente la psicoterapia un arte
que se vive en el contacto, desarrollar ese equilibrio requiere de
una ampliación de consciencia en un ir y venir entre la técnica y el estar
genuino.
En la neutralidad se presenta el mayor estar
con el Otro. Un estar trascendente en la relación Yo-Tú. Y esta misma
neutralidad permite a la experiencia presentarse como es, sin darle un
sentido único y estricto, esta actitud de no saber a dónde se irá da paso a la
esencia de lo que llamamos como objetivo en Gestalt “ampliación de
consciencia”, de ya tener un mapa predeterminado ante cada consultante, esa
“ampliación” no sería genuina ni respetaría la unicidad del consultante. Claro, recordando que el método y la teoría son la luz que guía el proceso, una vez más no es ateórico.
La postura es no
evaluativa por parte del psicoterapeuta partiendo de la presencia y el acompañamiento, el punto medio donde no hay bueno o malo, sino, lo que es y
como es.
A lo que la psicoterapia se refiere, Brazier (1992, 1993)
dice que la atención fenomenológica del psicoterapeuta puede centrarse en
distintos “campos fenoménicos” que lo conducirán hacia direcciones divergentes
de intervención clínica. Mediante la epojé me parece interesante mencionar un
fenómeno que he encontrado interesante, y es que en cada intervención
gestáltica por más parecido que sea el caso, siempre el proceso de intervención
es diferente, me parece que ésta es una máxima en tanto a respetar la unicidad
se refiere. Ya Kant decía: “las cosas no son lo que son, sino lo que somos”
esta frase recuerda que a pesar de la historia cronológica del ser humano, esa
historia en cada aquí y ahora es diferente y el método fenomenológico aplicado
a la psicoterapia lo hace saber muy bien.
Respecto a las actitudes descritas Brazier (1993) menciona
que “las posibilidades de crecimiento psicológico de un individuo están en
proporción (directa) a la medida en la que las presuposiciones pueden ser
puestas entre paréntesis”. El no permitirle la libertad de actitudes y la
ampliación de posibilidades no sería un acompañamiento genuino, sería negarle
la libertad y responsabilidad de responder ante los restos de su propia vida.
REFERENCIAS:
Calvo, T. (2000). La noción de Physis en los orígenes de la filosofía griega. Revista de Filosofía(21), 21-38.
Salama, H. (2008). Gestalt De persona a persona. México: Alfaomega.
Sassenfeld Jonquera, A., & Moncada Arroyo, L. (2006). Fenomenología y psicoterapia humanista-existencial. Revista de Psicología, XV(1), 91-106.
Calvo, T. (2000). La noción de Physis en los orígenes de la filosofía griega. Revista de Filosofía(21), 21-38.
Salama, H. (2008). Gestalt De persona a persona. México: Alfaomega.
Sassenfeld Jonquera, A., & Moncada Arroyo, L. (2006). Fenomenología y psicoterapia humanista-existencial. Revista de Psicología, XV(1), 91-106.
Comentarios
Publicar un comentario